CONFESION
SINCERA, TRAICIÓN Y DESLEALTAD
LA HISTORIA
CONTINUA
Ing. Rómulo Antúnez Antúnez
Experto en Gestión Pública Descentralizada - REMURPE
Si Waldo Ríos no existiera como político, los actuales personajes que
gobiernan Ancash, simplemente no fueran nada en escena política; ni Angel Durán, menos Enrique Barrenechea.
Waldo Ríos, es el responsable de regalarnos a Angel Duran, convertido ahora en
Consejero por Huaraz, y Delegado, representante de todos los Consejeros que
convenidamente lograron elegirlo, cuya actuación con más pena que gloria es el sumo, símbolo y resume el perfil mediocre
de los Consejeros, vistos a nivel de sus decisiones políticas y representatividad
de los Ancashino donde los intereses personales son las que priman por encima
de la Gobernabilidad, la gestión responsable, el desarrollo regional, la
fiscalización o el cumplimiento de la función legislativa.
Hasta ahora, pasado los 100 primeros días de gestión no hay forma de
explicar como el pueblo Ancashino se dejó seducir, hipnotizar, deslumbrar,
engatusar por personajes como Angel; nos estafaron y seguimos engañados,
chantajeados por esa telaraña de
mentiras con el ofrecimiento populista de un futuro que no será posible y nos
tienen cegados, deslumbrados, ilusionados y no tenemos la forma de salir de
esta realidad y futuro poco prometedor.
Para Angel, la deslealtad y la traición es sinónimo de confesión
sincera, -¿qué ´podría esperar Ancash, de Angel cómo Consejero
Delegado?. Después de haber sido el ideólogo, compañero de ruta, promotor del
Waldotón y otras donaciones como los de Martín Belaunde Lossio, Cesar Alvarez, ahora
nos hace creer que no es el malo de la película, si no lo más parecido a la
persona más honesta y trasparente, y trata de sorprendernos ahora acogiéndose a
la confesión sincera que sirve de mecanismo para personas que han cometido
delitos a lavarse la mano. Pero por otra parte, abre la posibilidad a la
justicia peruana, la comisión del Congreso de la República a cumplir su rol de evaluar
y sancionarlos drásticamente.
Si Waldo no fuera lo que es ahora, o lo que fue en la era
Montesinos/Fujimori; Enrique Barrenechea no sería el actual Gobernador Regional
de los Ancashinos, con nulo liderazgo y visión, escasa legitimidad, pero con la
legalidad que Otárola y el Gobierno le ha extendido poniéndole piedras en el
camino a Waldo, manejando al Poder Judicial, al Jurado Nacional de Elecciones y
ahora pretende vacarlo en una sesión extraordinaria del Consejo Regional,
siendo el interés, manejar el Gobierno Regional de Ancash; cuyo resultado es la
agonía que Waldo Ríos lleva sobre los hombros, para que después de tanto
esperar quizás asuma su investidura democráticamente ganada en elecciones
democráticas.
Al momento de escribir este artículo, no estoy seguro si Waldo asuma o no
lo que se ganó por mérito personal en elecciones del 2014, lo único cierto,
ahora; gobiernan los que no hubieran ganado ni siquiera la junta vecinal de su
barrio sin el patrocinio, apoyo de Waldo,
quién ahora se quedó solo acompañado de su incondicional Edgar Cáceres,
que también se frota las manos imaginándose que si llegara asumir la función de
Gobernador, se convertirá en el dueño, señor
y propietario del departamento de Ancash.
Sin embargo, Waldo Ríos debe estar contento, porque ha descubierto
oportunamente a los traidores y
desleales de su grupo, y se ha dando cuenta que los cuervos que descubrió y los
crió con toda complicidad, ahora pretende sacarle los ojos pero también se
proyecta en el caso que asuma su función como Gobernador a ignorarlos, retirándolos del alcance del poder.
No vayan pensar que la gestión de Waldo, será mejor que la de Enrique, la
diferencia sólo es que Enrique no hubiera existido sin Waldo y su Gobierno
simplemente es el resumen de una gestión mediocre, sin ningún sentido ni rumbo,
y la de Waldo será sólo una implementación de su experiencia en destruir y
arrasar instituciones por consolidar la mediocridad y de seguro que los meses
que quedan de gestión se dedique sólo una campaña política interminable.
Huaraz, 22 de abril de 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario